Anoche decidimos cenar una deliciosa pizza congelada de jamón y salami. Después de un rato leyendo las instrucciones del horno metimos la pizza y nos fuimos a ver un capítulo de Me Llamo Earl con el ordenador.
20 minutos más tarde, según las recomendaciones de la caja, fuimos a sacar la pizza del horno ¡que bien olía y que pinta! ¡qué calentito estaba el horno! ¡¡¡Oshhhh que bien se está con ese calorcito!!!
De repente… ¡PIPIPIPIPIPIIIPIPIIPIPIIPIIII! (85 decibelios) La ALARMA de INCENDIOS jajajajaja que pasada..! Yo buscando por casa las instrucciones del aparato para ver como se paraba y Pau soplándole al detector ¡Deew que panorama!
Lo bueno ha sido que la técnica aireadora de Pau ha funcionado, y no han venido los bomberos, pero no penséis que ha bajado algún vecino a ver si estábamos bien, que va, seguro que se han quedado en casa partiéndose pensando… “Mira, otros pringaos que han utilizado el horno”
Bon apetit!
5:57 am on 28 septiembre, 2008
Jajajaja eso es muy común en Inglaterra, a mí me pasó lo mismo con el horno en una de las casas en las que viví, anda que la alarma suena flojo, jeje. ¿Qué tal está la casa? ¿Y el pueblo? ¿Os estáis adaptando bien? Bueno, espero que os vaya genial por allí y que no os congeléis. Besitos!!!
12:55 am on 30 septiembre, 2008
jajaja!
Niña!
Me solidarizo con lo de la alarma.
De los 2 años que viví en Londres,
yo creo que el 80% del tiempo que pasé en casa…
lo pasé en el descansillo esperando que vinieran los bomberos a apagar el cacharro de las narices!
Vivía en una residencia de estudiantes y toooodos los días alguien usaba el horno!
jajaja
Qué fuerte el trabajo de bombero en Uk. No es apagar fuegos… es apagar detectores de incendios!
(^o^)
7:31 am on 13 octubre, 2008
a mi me pasó lo mismo varias veces en Florida :o)