Durante el segundo mes, aclimatación a los colegios, el frío de Inglaterra pasó factura, me puse enferma, un gran gripazo. Empecé a deprimirme, es duro ponerte mala lejos de casa y sentía que no estaba a gusto allí. Realmente sólo me daba cuenta de las cosas malas, era una visión bastante pesimista y el frío no colaboraba mucho.
Estaba muy bien en el cole A, aunque aun no me sentía cómoda en los otros colegios tenía que pensar en el esfuerzo y la ilusión que el cole A había puesto en todo el proceso de solicitud de auxiliar de conversación y la ilusión que le había puesto yo, realmente no a todo el mundo le surge una oportunidad así, vivir un año fuera, conocer otro país, perfeccionar el idioma… Supongo que comencé a ser un poco más positiva, de todo se puede aprender y de todas formas tan mal no estaba ¿no? Supongo que al principio me desilusioné un poco.
Conocí a otros auxiliares que también estaban en primaria y resultó que mi situación no era única, ¡todos los auxiliares de primaria hacían funciones de maestro! La realidad es esta, con la beca de auxiliar de conversación si estás en secundaria eres auxiliar (te aburres y sientes que no te sacan partido), si estás en primaria no eres auxiliar, eres el maestro de español (tienes trabajo para aburrir y te gustaría tener menos). Nunca llueve a gusto de todos (y eso que en Inglaterra llueve mucho).
Hay que ser pragmático, había que asumirlo, no era auxiliar, era maestra, tenía que aprovechar la oportunidad que se me presentaba, al fin y al cabo es mi profesión, no cabía duda de que quedándome iba a aprender muchísimo y cogería una experiencia enorme dando clases, además en otro idioma.
¡Qué frío hacía! Empezaba el segundo mes en UK.
Le expliqué la situación a la coordinadora del colegio A, no estaba contenta con mi situación. Me aconsejó que le explicara con detalles mi función al colegio B y especialmente al colegio C que era muy pasota.
Las maestras del colegio B reaccionaron bien ya que la coordinadora les había puesto en situación sobre el tema de auxiliares, con ella hacía mensualmente la planificación (en general) de las clases, y con muy buena voluntad por ambas partes quedamos en que las maestras de cada clase me ayudarían durante las lecciones. Era una situación curiosa, yo daba las clases y las maestras del centro me echaban una mano ocasionalmente ¿quién era entonces la auxiliar, ellas o yo?
Que las maestras participaran esporádicamente tenía sus pros y sus contras, siempre está bien que te echen una mano controlando que los niños no se desmadren pero ¿entonces quién tiene la autoridad en la clase?
Al principio no hacían nada en concreto mientras yo daba clases de castellano, a veces corregían cuadernos durante la hora, a veces preparaban algún material para sus clases, llamaban la atención a algún niño gritón… tampoco yo sabía muy bien como podían ayudarme ellas ni ellas se ofrecieron a hacer nada en concreto, sólo estaban dentro de la clase (los auxiliares nunca podemos estar solos con una clase).
Y para que hablar del colegio C… Aunque hablé con el coordinador de idiomas del centro, le expliqué que yo era una auxiliar, que no era mi trabajo estar como maestra, no dio absolutamente ninguna solución (ni por supuesto iban a contratar a alguien para dar las clases y que yo fuera su auxiliar). Nadie en este colegio hablaba ni remotamente español excepto yo. La mayoría de los maestros no participaba ni activa ni pasivamente en las clases de español y algunos de ellos iban y venían y me dejaban sola en la clase.
¿Qué debía hacer? Eso no era lo que yo esperaba de la beca como auxiliar de conversación. ¿Debería ceder ante esa situación? ¿Debería regresar a casa?
Fue entonces cuando me puse enferma.
El primer día de mi visita al cole C no fui acompañada por nadie del centro, si no que me llevó mi mentora del colegio A ya que nadie del colegio C se había puesto en contacto conmigo.
Si el colegio B me resultó chocante, el colegio C lo hizo aun más. Me recibió una maestra del centro, me facilitó el horario de español de las clases y me dijo bueno, pues hasta la semana que viene.
Volví la semana siguiente, esperaba tener un primer día de observación y lo que conseguí fue desconcertar a los maestros ¿observación?
Pregunté por la maestra de lengua española, de nuevo el colegio C estuvo desconcertado ¿maestra de español? Tú eres la maestra, ¿no?
El colegio C no sabía lo que era un auxiliar de conversación ni se molestó en leer la documentación sobre auxiliares que le fue enviada repetidas veces, ellos lo que querían era un maestro gratis y punto.
El primer mes fue el peor. Aunque me encontraba a gusto en el cole A y los niños del colegio B y C eran encantadores, me sentía realmente frustrada ya que yo había aceptado una beca como auxiliar y no como maestra. Cobraba como auxiliar y trabajaba como maestra, preparaba las clases y materiales para varios colegios, tenía la sensación continuada de que se estaban aprovechando de mí, y por errores burocráticos no cobré ese primer mes. Quería irme a mi casa.
A continuación fui al colegio B, sick para ir allí contaba con el transporte público, pero el primer día la responsable de idiomas del centro me recogió personalmente para llevarme a la escuela y que no fuera a la aventura.
Aunque me daba un poco de vergüenza ir en el coche de una persona a la que no conocía de nada, fue un gesto estupendo por su parte, dedicar su tiempo a que me familiarizara con el trayecto para ir al cole y de paso conocernos un poco.
La realidad de la escuela B era muy diferente a la escuela A, aunque ambas eran públicas, la escuela A contaba con muchos recursos y era ámplia y grande, con muchas aulas, la escuela B estaba en una pequeña zona rural, era pequeña y acogedora, de echo tan pequeña que cada aula servía para dos cursos, es decir, 1º y 2º iban juntos, 3º y 4º juntos, etc; esto me sorprendió un poco ya que ¿cómo se daría clase teniendo a niños de habilidades tan diferentes a la vez?
Sinceramente, el colegio B me dejó algo desconcertada el primer día que fui a dar clase (día de observación). En este colegio la especialista de castellano únicamente daba clase de español a su tutoría y no al resto del las clases como en el colegio A (y como en los colegios españoles). Las otras tutoras no enseñaban español en su clase (ni tampoco lo hablaban), enseguida comprendí que iba a ser yo la maestra de español y una auxiliar a medias.
Aun había un centro que conocer ¿qué sería lo siguiente?
A mediados de junio, recibí una llamada de mi host school, a partir de ahora la escuela A.
La responsable del departamento de español me comentó cómo iba a funcionar mi estancia como auxiliar; como en la escuela A no habían suficientes horas de lengua española, la escuela había contactado con otras dos escuelas interesadas para cumplir en total las 12 horas semanales que los auxiliares trabajamos.
Me pareció bien y acepté el puesto, poco más tarde se puso en contacto conmigo por email y me envió información detallada sobre las escuelas y sobre el alojamiento que me había encontrado con una familia (que finalmente tuve que rechazar ya que no viajé sola a Inglaterra).
La relación fue muy cordial antes de mi llegada al colegio y estuvimos en contacto continuamente, el colegio A resolvió en todo momento por email las dudas que me fueron surgiendo e incluso me ayudó con las gestiones para el alquiler de mi piso, por lo cual estaré eternamente agradecida.
La llegada al colegio A fue realmente cálida, me presentaron a prácticamente toda la comunidad educativa y me recibieron con los brazos abiertos. Se me explicó mi cometido: en el cole A apoyaría a la especialista de español durante las clases y dos clubs extraescolares, la maestra de español iba cambiando de aula (era una única persona la que daba lengua española a todos los cursos), se me enseñaron los materiales didácticos, todos los recursos, dvd’s, cd’s, las instalaciones del colegio, etc.
Me fue facilitado mi horario, trabajaría 4 días a la semana y tendría uno libre. El horario estaba muy bien ya que tenía a cada escuela en un día diferente y no tenía que moverme de una escuela a otra durante el mismo día.
Comenzaba mi otoño en Inglaterra…
¡¡Noo!!
¡¡El fin de la diversión!!
Las señales de diversion son muy comunes en UK, y a todos los españoles nos enantan ¿verdad? jejejeje
Fotos heladas para dias calurosos
Este es un ejemplo de clase de primaria en UK. Por supuesto no todas son iguales, pero en los tres colegios donde he estado dando clase las aulas eran similares.
Juguemos a las diferencias:
Fijaos en la pizarra electrónica y en los portátiles que tienen algunos niños en las mesas. La pizarra digital está en todas las clases de todas las escuelas donde he dado clase, es una pasada dar clase utilizándola (y convive perfectamente con la pizarra tradicional). Los portátiles se usan en lecciones puntalmente, no en todas, los de esta foto en concreto son Eee PC’s, muy económicos, se guardan en un carrito en el que se recargan y si los necesitas para tu clase pues pides el carrito y los niños pueden trabajar individualmente o por parejas, para ellos es muy motivador.
¿Veis algo en la foto que se me haya pasado comentar?
Los Gogo’s Crazy Bones son unos muñecos que les encantan a los niños de uno de mis coles en UK. Son unas figuritas pequeñas de colores que vienen en unos sobres, los compras y luego los intercambias.
Aquí podeis ver los gogo’s que mis alumnos me enseñan:
A los niños les gustan mucho, me comentaron algunas maestras que tuvieron que prohibir en el cole que los niños de primero y segundo llevaran gogo’s al cole porque no entendian bien el sistema de intercambios y se liaba parda cuando los mayores les cambiaban sus muñecos.
Son monos, pero sin duda un gran saca dinero, según parece se han vendido chorrocientos mil muñequitos de estos en el Reino Unido, un gran producto de marketing.
El Maypole es un palo largo que se pone en vertical para celebrar el May Day (primero de mayo). De este palo cuelgan tiras de colores con lazos y a veces flores u otras decoraciones.
En el Maypole tradicional inglés, cuando terminan, las cintas se quedan desenredadas.
Los niños de mi cole bailaron el Maypole, que majos.
In the countryside, may dances and maypoles appeared sporadically even during the Interregnum, but the practice was revived substantially and joyously after the Restoration. By the 19th century, the maypole had been subsumed into the symbology of «Merry England«. The addition of intertwining ribbons seems to have been influenced by a combination of 19th century theatrical fashion and visionary individuals such as John Ruskin in the 19th century. Pairs of boys and girls (or men and women) stand alternately around the base of the pole, each holding the end of a ribbon. They weave in and around each other, boys going one way and girls going the other and the ribbons are woven together around the pole until the merry-makers meet at the base.
En españa, si no me equivoco, tenemos la cucaña, el palo que se engrasa y que arriba tiene jamones colgados ¿no? Pero no hay bailes ¿o si…?